domingo, 9 de agosto de 2009

UN SOLO TIPO DE CONTRATO LABORAL EN CHILE

Cuando se desató la crisis en Chile en octubre de 2008, los agoreros del neoliberalismo que hasta ese momento hablaban de la nula intervención del estado, de la autorregulación del mercado y otras ortodoxias capitalistas extremas hicieron declaraciones erráticas hablando que la crisis pronto se superaría y que estábamos bien preparados para enfrentarla, pero en la medida que avanzó el tiempo y la crisis se consolidó se olvidaron de su antiestatismo y comenzaron a exigir al gobierno subvenciones a sus proyectos junto con mayor flexibilidad laboral.

Han pasado diez meses y miles de trabajadores han sido despedidos, en su mayoría no han tenido indemnización por años de servicio y solo han recibido un “seguro de cesantía” que no es más que el mismo dinero que les descontaron de sus remuneraciones, el sueldo mínimo ha tenido un exiguo crecimiento, y el mejoramiento de remuneraciones se estancó, y por otro lado las empresas han consolidado las utilidades del 2008 y el gobierno impulsa en el congreso nuevos subsidios empresariales. Más allá de las consignas, los trabajadores hemos pagado al contado y en efectivo una crisis que nosotros no generamos, y va a ser peor.

En un reciente encuentro realizado en la Fundación Clodomiro Almeyda un par de economistas “progresistas” manifestaron la necesidad de acabar con la indemnización por años de servicios para reemplazarlo por un “efectivo” seguro de cesantía y flexibilizar la jornada de trabajo para que los trabajadores “negocien” lo que mejor les conviene. De ese tenor son las propuestas que se están elaborando en los comandos políticos. Esta nueva amenaza no nos debe dejar impávidos.

Todas las candidaturas a la presidencia de la república, sin excepción, responden a intereses empresariales, basta conocer y analizar las propuestas sobre temas laborales que están incluyendo en sus programas. No es posible tener esperanza en políticas que mejoren nuestra situación laboral sino es dando a conocer nuestros intereses en forma organizada y enérgica. Los trabajadores debemos sacar la voz y hacer sentir nuestra indignación.

Es necesario unir la mayor cantidad de trabajadores y trabajadoras de los sindicatos y asociaciones en torno a una propuesta de un solo contrato laboral en Chile. Un solo contrato que acabe con el sinnúmero de formas de contratación que han venido perjudicando y precarizando tanto a los trabajadores de la empresa privada como a los funcionarios públicos. La mayoría de estos no dan derecho a indemnización por años de servicios, y cuando se dan derecho los empleadores lisa y llanamente no la pagan, en esto se sustentan los economistas “progresistas” para decir que este derecho debe desaparecer.

Al contrario, el derecho a indemnización por años de servicios debe extenderse a todos los trabajadores porque este no tiene relación con la cesantía sino con el desgaste humano de trabajar para otros durante una cantidad de tiempo y una intensidad determinada. Todos los contratos de trabajo debieran dar derecho a vacaciones, subsidios de incapacidad laboral y aportes apara pensiones de vejez, invalidez y sobrevivencia. No debiera existir ningún tipo de discriminación en Chile tal como ocurre hoy.

Un solo tipo de contrato significa acabar con la odiosa desigualdad entre trabajadores de primera y segunda clase, y terminar con el progresivo deterioro de nuestros derechos humanos.

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