viernes, 3 de octubre de 2008

“Que sucede no entiendo”

Estimados compañeros y compañeras: Hace un año atrás nos llegó un correo que encontramos muy fuerte e impactante como para publicar pensando que esas cosas nunca ocurrirían en nuestra empresa, pero nos equivocamos.

En mayo de 2007 el trabajador Manuel Ramirez sufrió un ataque que lo llevó a la muerte, cuatro meses después su joven esposa entregó este escrito a los dirigentes del sindicato de la empresa en que trabajaba para hacer reflexionar a sus compañeros de trabajo. Ha transcurrido más de un año y estas situaciones con resultado de muerte se siguen produciendo cada vez con mayor frecuencia.


El escrito lleva por título: ¿Qué sucede, no entiendo?


Que sucede no entiendo, solo sentí un dolor de cabeza, mareos y ahora estoy tan confundido, que pasa?, por que mi esposa corre y llora?, dice que estoy muy grave y me trasladan a una clínica.

Llevo cinco días en la U.T.I. y no logro despertar.
Mucha gente ha venido a verme, familiares amigos y compañeros de trabajo, me siento tan acompañado, puedo sentir el cariño de la gente que alguna vez compartió conmigo.
Veo mi esposa cansada y triste, algo sucede, llaman a mi familia para que se despidan de mi. Dicen que morí¡

Pero No! estoy aquí, pero ellos no me pueden oír y yo no puedo abrazarlos.
Oh! Ya veo, están trasladando a alguien en una carroza fúnebre.
Soy yo mismo, que extraño!
Veo a mi familia con gran dolor, todos lloran, pero yo solo veo que ya no siento dolor, ni tristeza, es como ser un espectador.

Pasan las horas, mi familia regresa sin mi, les deje un gran dolor y un gran vacío. Sin embargo en mi familia aun persiste este vacío, mi esposa llora, esta confundida, no sabe que hacer sin mi.
Mi hijo mayor comprende dolorosamente lo que es la muerte, no deja de llorar, no quiere ir a clases, no se puede concentrar.

Ya alguien ocupa mi puesto de trabajo y todo vuelve a ser como antes, los turnos ......día, noche y tarde, en fin es como si nunca hubiese faltado YO!
Que bien, algunos compañeros se acuerdan de mí a ratos y lamentan que ya no esté con ellos.

Mi hijo menor ya cumplió once años y yo no estoy. El se aferra a su madre, se ha vuelto mas inquieto e impulsivo, no hay figura paterna, para el Papá ya no está.......

Mi niña de quince años casi no habla, su Mamá la encuentra llorando por los rincones de la casa. Bajó las notas y no demuestra interés por nada.

Mi querida esposa, con toda la carga sobre sus hombros, la responsabilidad de tres hijos que criar y tiene que sonreír para darles fortaleza.

Ya paso un año desde mi partida y todo sigue igual.
En casa el vacío, la tristeza.....
En la empresa donde trabajaba nadie me nombra y todo sigue sobre la marcha.

Sabes que dijo el forense? Que morí por estrés, en mi cerebro se reventó una vena por una subida de tensión que me dio cuando en mi trabajo dijeron que iban a despedir y no sabíamos a quien le podía tocar. Finalmente no fue a mi, pero si a mis amigos. Sentí tanta tristeza que llegué a casa a llorar y todo acabo.
Finalmente era estrés laboral.

Ahora me doy cuenta que para la empresa que trabajas siempre serás uno mas, completamente reemplazable en cualquier momento, pero que para mi familia era único irremplazable.

“Por favor dedícate a lo que de verdad es importante, todos necesitamos un trabajo que nos permita cubrir nuestras necesidades básicas, pero no te entregues a una empresa, entrégate a tus seres queridos, abraza a tus hijos besa a tu pareja, llama a tus padres, saluda a tus amigos, es a estos seres a quienes de verdad le harás falta cuando no estés.

Manuel Ramírez
Presente"

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